Muy próximo a este paraje y concretamente en la zona de La Gándara encontramos depósitos de 
materiales del Pleistoceno medio (cuaternario), en el que citamos las areniscas y 
cuarcitas con ausencia de arenisca ferruginosa. 
La formación de estos estratos fue por el deposito de los materiales en una zona sumergida 
(un gran lago o mar), que posteriormente fue elevada en la última orogénia.

Los materiales que aparecen en Las escobas y Valladares pertenecen al Terciario concretamente 
al Mioceno Superior, están constituidos fundamentalmente por paraconglomerados formados por 
cantos de los que más del 80 % son de pizarra y quiastolitas que su aparición 
se debe a que esta formación se encuentra discordante sobre las Pizarras de Luarca que aparecen 
afectadas por un fuerte metamorfismo térmico. 
Puede encontrase en estas zonas buenas muestras de cristales de quiastolita, variedad de la 
Andalucita, que en la zona se conocen cono la piedra del rayo.
Ya al Oeste del río Tuerto, en El Valle de Presilla encontramos materiales procedentes de depósitos
aluviales-coluviales formados por arenas y gravas cuarcíticas areniscosas con cuarzo. 
En El Chano, El Espinal y las Bouzas predominan los cantos de pizarra, que disminuyen rápidamente 
hacía el Sur, estando condicionado por una entrada local de sedimentos. Estos materiales pertenecen 
al Pleistoceno Inferior dentro del Cuaternario.
Fuente Empedrada, Las Chanas, Gibrera y El Sapo presentan materiales del Mioceno Superior 
(Terciario) constituidos por conglomerados, arenas y fangos, que se ordenan en secuencias típicas de 
un ambiente fluvial trenzado. 
Los conglomerados son ortoconglomerados formados por cantos heterométricos, 
fundamentalmente de cuarcita, en porcentajes muy inferiores se pueden encontrar cantos de cuarzo 
y pizarras. 
Las arenas presentan un tamaño de grano que varía entre grueso y fino. Y los fangos son limos 
arcillosos de colores abigarrados que muestran una abundante bioturbación.
Por último llegamos a Valdelamas formada por materiales del Terciario y Cuaternario de tipo Raña, 
y está formada por un depósito conglomerático con lentejones arenosos de facies fluviales. Tiene las 
características de un abanico aluvial muy aplanado con aporte de sedimentos de las áreas montañosas. 
En esta zona y gracias a la extracción de áridos para la construcción podemos apreciar perfectamente 
en los cortes creados, la secuencia sedimentaria, destacando entre otros los niveles de arenas y gravas 
(Zahorras) y las características piedras sapiegas (conglomerados de cantos rodados con una matriz 
férrica, lo que los hace extremadamente compactos y pesados).

 

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